Aparece la epidemia de la gripe

El drástico descenso de las temperaturas en diciembre y el ambiente seco que caracteriza este invierno ha propiciado la aparición de los primeros brotes epidémicos de gripe. El mapa del virus revelaba este viernes que su difusión era «generalizada» en todo el país con especial «intensidad» en el norte peninsular. La tasa media de incidencia pasó en tan sólo una semana de 129 casos por cada cien mil habitantes a 150, aunque en algunas Comunidades Autónomas ésta es dos o tres veces mayor. El grupo de edad más afectado va desde los 15 a los 64 años y se complica en aquellas personas con patologías respiratorias.

Los últimos datos facilitados este viernes por el Sistema de Vigilancia de Gripe por España (SVGE) decretaba que en cinco autonomías: Asturias, Cantabria, Castilla y León, La Rioja y Navarra, la difusión de la gripe alcanzaba una situación epidémica, con un número de casos que van desde los 579 por cada cien mil habitantes de Asturias hasta los 383 de Cantabria, 250 de Castilla y León o 228 de la región riojana.

Cerca de este nivel se encuentran otras autonomías del tercio norte como el País Vasco (201 casos) y Aragón (127), además de Valencia (175), Castilla-La Mancha (126), Andalucía (101) y Cataluña (91 casos). En Madrid, la situación ha mejorado con respecto a hace dos semanas, cuando era calificada como epidémica, aunque el mapa de riesgo indica que la infección volverá a resurgir con virulencia durante los próximos días.

La primera oleada de gripe alcanzará sus mayores cotas a partir de la cuarta semana de enero, según el ministro de Sanidad, Bernat Soria, que no obstante señaló que espera que el alcance sea «el de todos los años», cuando la infección llega a alcanzar los 400 casos por cada cien mil habitantes frente los 150 que se dan en la actualidad.

El pasado año, el nivel de intensidad de la actividad gripal fue moderado, con un predominio casi absoluto de la cepa común del virus, que afectó sobre todo a niños menores de 15 años. A diferencia de esta temporada, la incidencia comenzó a aumentar en las dos últimas semanas de diciembre de 2006, alcanzando los picos a principios de febrero con una tasa media de gripe de 259 casos por cada cien mil habitantes. En 2005, el periodo epidémico se prolongó 12 semanas y la máxima incidencia superó los 542 casos por cada cien mil habitantes.